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En esta ocasión la invitada especial es Lic. Mercedes Zocchi
En estos tiempos, llevar una alimentación saludable es una cuestión compleja donde intervienen variedad de factores, algunos que promueven buenas prácticas y otros que obstruyen su logro.
En la actualidad, de la mano de la interconectividad y la tecnología en avance, el tema de la alimentación es uno de los más tratados, surgiendo múltiples discursos públicos como el consumo desproporcionado de ciertos nutrientes, modas y tendencias de alimentación poco saludables, calidad de alimentos y otras. Y es aquí donde nace y se asienta; también, confusiones y errores de conceptos y prácticas.
Dentro de los canales de comunicación establecidos desde hace años, tenemos al envase o Packaging en su versión en inglés. Las funciones del Packaging son diversas y se muestran en el cuadro a continuación:
En la función de informar nos encontramos con la herramienta del rotulado general y nutricional para brindar la información pertinente del producto. Desde la mirada del profesional de salud ¿cuál es el propósito? Que el recurso actúe dentro del marco de promoción y protección de la salud. Así es como entre otras cosas se han publicado un sinnúmero de artículos científicos del tema hablando de los distintos estilos y su impacto en las elecciones del consumidor.
Para que un producto esté disponible a su consumidor final, ha de pasar por diferentes fases desde su logística de su formulación pasando por la adquisición de materia prima y estado de las instalaciones de producción, por toda la cadena productiva y distributiva hasta su exposición en punto de venta. Sin olvidar, lo que trataremos en parte aquí, la comunicación del producto. Ésta, si bien es una red de entramado complejo y con varios actores, iremos focalizando en algunas partes particulares de interés de este post.
Primero la elección del consumidor. Algunas investigaciones han expuesto la existencia de una asociación entre las características socio-demográficas, el nivel de estudio y ocupación con la lectura del etiquetado, como así también; que la selección de alimentos para su compra no recae en importancia sobre el perfil nutricional del producto, sino por su sabor y tradición, hay un sesgo importante en los consumidores sobre la percepción del grado de comprensión de la información y su interpretación posterior a nivel específico, y otros.
Los motivos de compra de alimentos pueden diferir dependiendo del consumidor, de su representación de lo que comprende una buena alimentación y de su imagen mental de bienestar. Aquí vemos un sintético esquema de distintos ámbitos y factores intervinientes:
Ahora bien, en segundo lugar, con lo que respecta rol profesional en el diseño de packaging y rotulado general y nutricional hay una legislación que guía, cambios en las tendencias de consumo que se consolidan y fluctúan y tecnologías que traen consigo nuevas gamas de productos adaptados a la vida social y laboral de este siglo que deben ser tenidos en cuenta en el correcto y efectivo establecimiento del canal de comunicación del que hablamos, el rótulo. El siguiente modelo comunicacional establece algunas relaciones entre actores de la industria, profesionales de la salud y consumidor y el rotulado a tener en cuenta.
Como se visualiza en la imagen, en estas interacciones pueden presentarse ruidos. Esto hace que el Packaging trascienda el “contener y proteger” al producto para, también; pasar a informar. En forma ideal; de manera simple y clara, las propiedades y características del alimento. Y así, que sea posible para el consumidor traducir esa información en decisiones de compra que se adecuen a su salud en pos de su bienestar.
En el recorrido de esta línea de interés; el rotulado de alimentos, se han planteado varios modelos. Entre ellos podemos nombrar los basados en las GDA, los de estilo semáforo; así como más recientemente aquellos que rescatan ciertas características o nutrientes específicos para colocarlos en un etiquetado frontal o las alertas de salud. Cabe destacar el rol de los mensajes de salud, health claims o reclamos de salud o declaración de nutrientes presentes en los envases. Además de las porciones recomendadas de producto por envase.
En el XIII Congreso Argentino de Graduados en Nutrición se presentó un estudio sobre “Rotulado nutricional: Opinión y Valorización.” (Santana y Zocchi, 2018)
Te voy a realizar algunas preguntas sobre los resultados y conclusiones del trabajo sobre "Rotulado Nutricional: Opinión y valorización"
¿Cómo estuvo compuesta la muestra?
La muestra fue de 70 participantes, 57 mujeres y 13 hombres mayores de 18 años y el instrumento utilizado fue una encuesta online con distintos tipos de preguntas. Más del 70% contaba con una titulación universitaria.
¿Cuáles fueron las variables que tomó el estudio?
Las mismas fueron los datos socio-demográficos, presencia de enfermedad crónicas no transmisibles, grado de lectura de etiquetas, nivel de interpretación de la información del rotulado nutricional, búsqueda de información sobre lectura de rotulados, fuentes de búsqueda de información, e importancia de la lectura de rótulos alimentarios. Las variables cualitativas fueron interés sobre salud y alimentación, motivos del nivel de dificultad en lectura e interpretación del rotulado, opinión sobre habilidades necesarias para lectura de rótulos, creencia sobre los mensajes de salud y el nivel de confianza en las empresas.
¿Cuáles fueron los resultados cuantitativos más relevantes?
En cuanto a patologías no trasmisibles presentes; más del 50% cursaba con algún grado de sobrepeso u obesidad. A medida que avanzábamos en edad, aumentaba la presencia de ECNT y disminuía la lectura de etiquetas. Quienes leían los rótulos fueron el 68% de la muestra, aunque al indagar más en detalle, de ese porcentaje el 11% sólo leía la fecha de vencimiento. Las categorías de mayor frecuencia de lectura de rótulos fueron los panes y galletitas. Sólo el 33% había alguna vez buscado información al respecto. A su vez, con respecto al grado de credibilidad de los mensajes de salud, el 41,7% creía y el 58,3% no. El nivel de confiabilidad de la información brindada por las empresas de alimentos arrojó los siguientes resultados: 45% “poco confiable”, 41,66% “confiable”, 8,3% “nada confiable y 5% “absolutamente confiable”. Para más información aquí les compartimos el poster del estudio.
¿Qué habilidades eran necesarias para la lectura de rótulo y su adecuada interpretación?
Más de la mitad de los encuestados declararon necesitar de una preparación previa. Entre los testimonios rescatamos a modo de ejemplo:
“Creo que se debe tener conocimiento por ejemplo en las diferencias en las grasas; saturadas y no saturadas”
“Tener voluntad y conocer la función de cada componente en nuestro organismo”
“Saber el significado de algunas palabras y lo que necesitamos de cada ingrediente”
“Acceso a información de divulgación, cierto nivel educativo; no importa que sea del área de la salud puntualmente. El etiquetado tal como existe actualmente no advierte sobre productos contraindicados o con altos valores de grasas (trans, saturadas), sodio o azúcares.”
“Un conocimiento adecuado de determinada terminología nutricional.”
¿Cuáles fueron los motivos de la dificultad en la compresión de la información?
También a través de la respuesta a preguntas abiertas se detectaron cuestiones como la falta de instrucción, el empleo de lenguaje técnico y científico, el tamaño de la letra, el desconocimiento de los valores, la alta complejidad de la presentación de los datos e información ambigua.
¿Qué datos o información declararon de necesidad y que no estaba presente en el etiquetado actual?
Aquí directamente los dejo con algunas respuestas textuales:
“Recomendado para diferentes patologías diferentes a la celiaquía. Por ejemplo: recomendado para hipertensos.”
“Cuán nocivo es para la salud.”
“Sitios web que especifiquen información sobre los compuestos y procesos utilizados en la elaboración.”
“Si tiene lactosa o no y el colesterol.”
“Si son aptos para diabéticos"
“Si es un alimento modificado genéticamente.”
“Si contiene gluten, desearía que diga “Contiene gluten” más allá que no tenga logo.”
“Más énfasis en los químicos y agregados en los procesos de fabricación.” “Mensajes de salud/alerta sobre altos niveles de algún componente como grasas, sodio, azúcares.”
“Los valores de sodio y azúcares claramente especificados y nada con puntitos. Eso hace que no se confíe en el producto.”
“Fechas de envasado y de vencimiento para todos los productos alimenticios.”
“Fechas de envasado y de vencimiento para todos los productos alimenticios.”
“Efectos de consumo excesivo a corto y largo plazo.”
“…procedencia de la materia prima.”
“Deberían sugerir cuál es el máximo de porciones que se pueden consumir.”
¿Cuál era el perfil de interés por la salud de los encuestados?
Era una muestra con alto nivel de interés en temas de salud y alimentación. De hecho sólo 4 mostraron nulo interés. Y los conceptos que aparecían con mayor frecuencia en las respuestas fueron; en orden decreciente: alimentación saludable, vida, buena nutrición, saber y aprender, calidad, alimentación consciente, prevenir enfermedades, controlar obesidad, bienestar, ejercicio físico, combinación de alimentos, alimentación armónica, equilibrio. La figura a continuación lo plasma a modo visual:
¿Cuáles fueron las conclusiones más relevantes del trabajo?
Se evidenció una inadecuada recepción de los mensajes nutricionales o lectura del rotulado nutricional que se pretenden dar a la población y resulta que no sólo se debe pensar en poblaciones sanas sino que las poblaciones de riesgo, con patologías leves o severas, son las que dramáticamente reciben ruidos en la comunicación. Hemos recabado información de estudios científicos donde se han evaluado la comunicación con símbolos o íconos. FDA está implementando para alimentos en presencia de alérgenos una serie de identificadores que son claros para la población. Se sugiere diseñar íconos para identificar el beneficio del nutriente o ingrediente bioactivo y para el rotulado frontal utilizarlos para conocer, a través de colores, si es contenido de un nutriente o kilocalorías es bajo, medio o alto según la recomendación diaria.
A su vez, es menester un actuar conjunto entre los distintos sectores: la industria, profesionales de salud e instituciones públicas y privadas y universidades. Las competencias de estos ámbitos en pos de la salud de las personas que se adecúe al contexto hoy, al estilo de vida actual sin dejar de lado las cuestiones más elementales para gozar de bienestar como lo es una alimentación suficiente, completa, armónica y adecuada en contextos promotores de salud.
En lo que refiere al rotulado en particular y los alimentos en específico recordar que la información brindada no debe ser confusa ni engañosa. Ya que recordemos que el alimento es una matriz donde se encuentran varios nutrientes y otros ingredientes no nutrientes que producen respuestas en nuestro organismo al consumirlas dependiendo de la cantidad, frecuencia y contexto. Por tanto, no caer en los errores de enfatizar ingredientes aislados y olvidar considerar la totalidad del alimento, sus combinaciones, métodos de preparación y otros hábitos que hacen a lograr una situación deseada de bienestar y salud.
Bibliografía
De la Cruz-Góngora V, Torres P, Contreras-Manzano A, Jáuregui de la Mota A, Mundo-Rosas V, Villalpando S, et al. Understanding and acceptability by Hispanic consumers of four front-of-pack food labels. Int J Behav Nutr and Phys Act 2017; 14-28.
López-Cano LA, Restrepo-Mesa SL. Etiquetado nutricional, una mirada desde los consumidores de alimentos. Perspect Nutr Hum 2014; 16(2):145-158.
Viola GCV, Bianchi F, Croce E, Ceretti E. Are food labels effective as a means of health prevention? J Public Health Res 2016; 5(768):139-142.
Emrich TE, Qi Y, Lou WY, L' Abbe MR. Traffic-light labels could reduce population intakes of calories, total fat, saturated fat, and sodium. PLoS ONE 2017; 12(2): e0171188. doi:10.1371/journal.pone.0171188
Santana E, Zocchi MC. Rotulado nutricional: Opinión y Valorización. XIII Congreso Argentino de Graduados en Nutrición. Argentina, La Plata. 2018.
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